Si bien en cualquier ámbito de la vida se necesita motivación, entendida como las ganas o interés para realizar cualquier actividad o proyecto, en las personas con discapacidad la motivación es básica, debido a las barreras que tienen que encontrarse cada día, por la adaptación a los puestos de trabajo y por su dificultad de acceso al mundo laboral.
Sin embargo, y a diferencia de lo que pudiera suponerse, las personas con discapacidad nos dan lecciones diariamente de automotivación, ganas, ilusión, y voluntad para hacer efectiva su inclusión sociolaboral.