Jaime López
Una habitante de San Andrés Cholula, de 19 años de edad, acusó al médico septuagenario, Carlos Castañeda Matus, de conductas inapropiadas y presunto acoso sexual.
En entrevista para esta casa editorial, la joven llamada Griselda Salazar relató que, hace aproximadamente un mes, fue a la farmacia de Los Ángeles para consultarse por una infección en su garganta y estómago.
Mencionó que, en un principio, el médico aludido, cuya cédula profesional es la 442353, la hizo sentirse en confianza , sin embargo, poco a poco fue tratándola inapropiadamente.
Sostuvo que al aplicarle una de las inyecciones, que le recetó para sus sintomas, le bajó completamente el pantalón y le apretó fuertemente uno de sus glúteos.
Posteriormente, en una nueva consulta, le comentó que estaba por debajo del peso promedio de su edad y presuntamente le hizo un tocamiento lascivo.
«Me dijo que me iba a recomendar una nutrióloga; me tocó el coxis y me comentó que el medicamento iba a disminuir el dolor, sentí que tocarme no tenía nada que ver con el peso», expresó entre lágrimas.
La joven agregó que el médico le pidió su número telefónico y comenzó a coquetearla, pese a llevarle una diferencia de más de 50 años de edad.
Griselda decidió contarle la situación en cuestión a su mamá, la cual habló directamente con el acusado, que en mensajes habría confirmado que sí trató de otro modo a su hija, «pero fuera del consultorio».
De acuerdo con el testimonio de la joven, el galeno la desmintió y pidió aclarar el hecho, porque «estaba de por medio su prestigio».
Griselda dijo sentirse vulnerada por lo ocurrido y lamentó que las mujeres ya no solamente padezcan acoso en espacios públicos, sino también en lugares cerrados.
«También pensar de que cualquier mujer o niño le puede pasar una situación así y cómo él aprovecha su papel como médico para ejercer acoso sexual», acotó.
Acerca de si ha interpuesto una denuncia formal contra su supuesto agresor, respondió que no, porque ella misma se ha menospreciado y también porque siente que las autoridades no actúan oportunamente.
Por su parte, la hermana de Griselda, cuestionó la ética profesional del acusado y lamentó habérselo recomendado a su consanguínea.
Sentenció que no es válido que abuse de su profesión para agredir a sus pacientes y lo calificó de estar «enfermo» por acercarse a mujeres jóvenes.
«¿En qué tipo de personas estamos confiando a nuestros hijos, a nuestras mujeres? Vi todos los mensajes y él aceptando que sí le coqueteó», dijo.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades para dejar de minimizar las agresiones o acoso contra las mujeres y reveló que, hace siete años, otra de sus hermanas padeció abuso, pero su denuncia no procedió.
