Mujeres tienen hegemonía en candidaturas a las cholulas

Jaime López

De 15 aspirantes a un cargo público para los comicios de 2024 en San Andrés y San Pedro Cholula, nueve son mujeres, es decir, el 60 por ciento del total, lo que deja ver que en esa región habrá una mayor presencia femenina en las boletas electorales.

La posición con mayor número de mujeres inscritas es la alcaldía de San Pedro Cholula, que será disputada por Roxana Luna Porquillo, de la alianza PRD-PAN-PRI; Tonantzin Fernández Díaz, de Sigamos Haciendo Historia; y Nohemí Luna, de Pacto Social de Integración (PSI).

En tanto, habrá dos candidatas mujeres para la presidencia municipal de San Andrés Cholula, siendo la primera de ellas Guadalupe Cuautle Torres, de la coalición Mejor Rumbo para Puebla.

La otra es Berenice Porquillo Salgado, que representará al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), instituto político que decidió ir solo en esa demarcación, sin Morena y sin el Partido del Trabajo.

Por su parte, el instituto obradorista designó a Víctor Correau Galeazzi como su abanderado para esa demarcación.

Tanto para la alcaldía sanandreseña como para la de San Pedro Cholula, Movimiento Ciudadano (MC) apostó por perfiles masculinos: Eduardo Covián e Isauro López, respectivamente.

En lo que concierne a la diputación federal con cabecera en las Cholulas, hay dos aspirantes mujeres, Karina Pérez Popoca, de la coalición obradorista, y María Cristina Leyshon, la abanderada de MC, cuya trayectoria se destaca principalmente en el ámbito civil, por su activismo en favor de las infancias con cáncer.

Finalmente, en la disputa por el distrito 18 local, MC es el único partido que postuló a un varón, Ramón Fernández Solana. Mientras que la alianza Mejor Rumbo para Puebla decidió a Dolores Parra, emanada del PAN y Morena y sus aliados han designado a Nayeli Salvatori.

Con hegemonía femenina en las candidaturas a las cholulas, analistas esperan que haya una sororidad total y no selectiva, en donde ninguna de las aspirantes incurra en violencia política de género para desacreditar a alguna de sus adversarias.