SAN PEDRO CHOLULA, Pue.- Un dolor de cabeza llevó a Emilia N, de 58 años, cocinera de oficio a asistir al consultorio ubicado en la 10 oriente esquina 4 norte, Barrio de Jesús Tlatempa, el doctor Donato N, diagnosticó contractura, es decir tensión permanente de los músculos, tendones, piel y tejidos cercanos que hacen que las articulaciones se acorten y se vuelvan rígidas.
Por lo que preguntó a la paciente el galeno si primero aplicaba la inyección o prefería el medicamento para el dolor de cabeza, la paciente aceptó la inyección, tras culminar la aplicación de la misma la hizo colocarse de cara a la pared para tocar de la nuca al coxis, y preguntar por algún dolor mayor, la paciente contesto negativamente.
Acto seguido el médico bajo el pans metió su mano en la zona de la vagina, momento en que la paciente volteó y pudo ver al hombre con el pene fuera, de inmediato dice “no creas que te lo voy a meter”, en ese momento tocan a la puerta, y ella alcanza a decir que debe atender al llamado y él le dice “tranquila no pasa nada”.
Perpleja, trastornada, automáticamente la paciente se sube el pans y él le da cita para el siguiente viernes, no sin antes cobrarle los 50 pesos de la consulta, abre la puerta y sale del consultorio sin volver a mirarle la cara al doctor que la “consulto”.
“Me sentí, sucia, impotente, no pude decir nada, eso lo había vivido a los siete años y cuando muchos años después volví a ver a mi violador paso por mi cabeza tirarlo por las escaleras”.
En aquel momento los padres de la persona que abuso de mí, tenía 27 años, decidieron mandarme a Morelia para que se me “olvidara”, relato Emilia N, hoy, hace un llamado al doctor para pensar en sus hijas si las tiene, en su mujer y que no lo vuelva hacer, “hoy fui yo, puede ser una niña o una jovencita”, ya no más.
“Tanto hombre como mujer merecemos respeto, yo no traigo un letrero, es desgastante todo eso”.
Destacar, que hasta el momento la agredida sexualmente no ha interpuesto denuncia alguna, ya que manifestó ser desgastante y los ojos de las instancias de justicia las voltean a ver como las responsables de lo sucedido fuesen las víctimas.
